El chico de la camisa de seda - Valorando el trabajo de otres
Desde muy niña he sido bien busquilla con la ropa, me acuerdo que después del colegio recorríamos todas las "picadas" (Lugares que me dieron por datos, los encontramos nosotras, lugares escondidos, no muy conocidos o de buenos precios) de ropa usada con mis amigas y podíamos estar en esa la tarde completa. Llegaba con unos trapos a mi casa y mi mamá me miraba con mala cara diciendo - “y esos trapos feos que trajiste”-, pero me los veía puestos y no podía creer que los había “cachureado” por ahí (ahora es mi clienta #1) . Años atrás cuando alguien me preguntaba donde compré tal cosa me daba vergüenza decir que era de la ropa usada porque siempre venía de regreso una mirada o un gesto de desaprobación e incluso de asco que me perturbaba demasiado, así que inventaba que lo compré en tal lugar o que me lo regaló mi mamá o mi abuelita y no sabía de donde eran . Hoy no estoy exenta de esas miraditas. Si bien hemos evolucionado con respecto a la idea del uso de prendas de segunda mano, y en este camino emprendedor he evangelizado a mucha gente al respecto (a pesar de que aquí también vendo ropa nueva y no me visto 100% de ropa usada, pero sí un gran porcentaje), me enfrento a diario a personas que siguen subvalorando no solo la idea de tener ropa usada, sino a quiénes trabajamos con ella, y no se incomodan en hacértelo saber. Hoy, como dueña de una tienda que está presencialmente tratando con personas lo veo, me ha pasado, lo he vivido. He visto como personas entran a mi tienda, les encanta lo que ven, y cuando saben que es ropa usada de inmediato cambian, he escuchado malos comentarios e incluso una persona una vez le dijo a otra en frente de mi que consideraba caro pagar “x” por una prenda que seguro la encontré en la calle y la colgué en la percha, no pude más que sentir rabia en ese momento y me quedé en silencio, impactada por el descaro de esa persona de hablar sin tener una mínima idea de todo el trabajo que hay detrás de esa camisa de seda de los 80’s que tomaste sin saber lo que tenías en tus manos.
La famosa camisa de seda, con su etiqueta de finales de los 80's
Aquí, chico de la camisa de seda, y a todas las personas que les interese saber un poco más, les contaré cómo es todo el proceso de trabajo para que una prenda llegue hasta ustedes.
Paso 1: Proceso de Busquilleo, ganar o ganarle a la señora que se quiere llevar tu prenda.
El busquilleo o el trapereo es lo más importante para mi, porque finalmente es encontrar esa prenda soñada que te llevarás a tu casa. Cuando se podía, organizaba meticulosamente mis viajes para traer siempre lo mejor, prendas lindas y originales que me llevaba semanas de estudio, mirar mapas, organizar una ruta a ciegas de lugares desconocidos ( y a veces no tan lindos) para hacerlo todo en pocos días. Viajar implicaba inversión de tiempo y obviamente de dinero para llegar a toda esa ropita hermosa, no libre de riesgos y miedito porque soy mujer y viajo sola generalmente.
Ahora con pandemia incluida, murieron los viajes y el busquilleo se tornó un tremendo desafío, aprender a comprar, a buscar hasta por debajo de las piedras y muchísimas veces regresar a casa con las manos vacías, a eso súmale las restricciones de salidas, permisos y demases. Muchas veces opté por salir a buscar ropa en lugar de comida con mi único permiso semanal y con eso me gané unos kilos menos y un par de malestares de ancianidad que me acompañan a veces.
Uno de mis primeros tesoros trapereando en BsAs en 2019.
Traperando ando..
Trapereando ando parte 1.000
Parte 2: Re-Revisión, Limpieza y reparación.
Muchas veces me ha pasado que en el frenesí de que encontraste una prenda que te sirve o andas contra el tiempo te llevaste algo a casa que no estaba en las mejores condiciones y te das cuenta cuando llegaste y te instalaste a revisar todo. Luego de maldecir y decirte a ti misma que lo harás mejor la próxima vez queda hacerte cargo de tu error, ya sea desde tratar de desmanchar hasta tener que reparar esa prenda para ver si tiene salvación. Con las prendas que escogiste bien por suerte toca lavar y planchar para que estén listas para las fotos, todo en tiempo récord. Si algunas prenditas quedaron no aptas, toca pensar si tiene alguna otra forma de revivir, y es así como han surgido algunas ideas, como las Ediciones customizadas que tuvo su primera versión a principios de marzo.
Una camisa que pudo pasar a mejor vida, pero se transformó en una bella blusa de cuello bobo.
Paso 3: Fotografía, edición y medidas.
Cuando ya tengo todo el proceso anterior listo comienza el trabajo para la web, fotografiar las prendas, colgadas, estiradas y también modeladas para que puedas apreciar los calces y caídas de las prendas lo mejor posible. Muchas veces pensé en no hacer las fotos modeladas pero yo hago todo por ustedes y muchos a los que les he consultado sobre esta inquietud me dicen que les gusta que lo haga de esta forma :), gracias gracias.
En este punto tengo que tratar de que la foto quede lo mejor posible, en sets improvisados y con luz natural, amo los días nublados para la vida pero los odio para las fotos jajajaja. Semanalmente hago unas 400 a 500 fotos que luego reviso, filtro y elijo las mejores para editar y colgar en la web. Una vez lista la edición hago la descripción de todos los productos, con la mayor información posible de materialidad y medidas para que la compra pueda ser lo más satisfactoria posible. Aquí se me van algunos días de desvelo porque es aburrido medir jajaja así que procrastino bastante D:
Paso 4: Abastecimiento web y tienda física.
Con todo limpio, medido y fotografiado más una selección especial de prendas para la tienda exclusivamente traslado todo desde mi casa al Showroom, donde hay que nuevamente planchar, etiquetar y colgar la ropita para que espere a sus nuevos dueños o se embalen los pedidos online.
Paso 5: Pedidos, entregas y despachos.
Esta es la parte de cierre feliz de todo el proceso. Cuando alguien escoge algo de la tienda, valora el trabajo o quizás no tiene idea pero aún así le gustó algo que elegí y se lo lleva ♥️. Armo para ti una bolsita con mucho amor para que recibas feliz tu compra esperando a que regreses un día. Así he conocido a muchas personas, algunas incluso han venido a verme a la tienda y conversamos un rato, otras me han invitado a sus casas, otras han prometido venir a visitarme desde otras regiones cuando estén en esta ciudad, incluso he recibido regalitos. He tenido largas charlas por teléfono o por redes sociales con algunas personas a las que nunca he visto en vivo y en directo. Aquí es donde me doy cuenta que el chico de la camisa de seda es 1 en un millón y que este trabajo es muy bonito y lo hemos construido juntos, con su amor, mi amor y su preferencia.
Una de las visitas lindas que he tenido, Caro, que me entrevistó un día para hablar de emprendimiento y ventas online.
Con todo lo que escribo, no me hace una superpoderosahipermegafantástica mujer, simplemente es mi rutina de trabajo, una parte más bien del trabajo que hago aquí, el específico para tener semana a semana prendas bellas esperándoles, para tener una web robusta y una tienda bien abastecida. Nadie dijo que sería fácil pero disfruto mucho el proceso y me encantaría que todo el mundo lo valorara aunque fuese un poquito, pero entiendo que no siempre sea así, no solo con lo que hago yo, sino con todos los trabajos, desde el simple hasta el más complejo, todo implica un esfuerzo de una persona que está detrás para hacer que eso ( lo que sea) funcione de la mejor forma posible. Sería genial no solo evangelizar a otras personas para que entiendan (muy en mi realidad al menos) que si no te gusta la ropa usada, simplemente no la uses, trata de entender por qué existe y por qué es una industria que crece cada vez más, si te dijera que es el presente y el futuro quizás no lo vas a creer, pero esperaré verte otra vez, en unos años más, chico de la camisa de seda, vistiendo una prenda que quizás sacaste de la calle y la llevas encima como un tesoro. No critiques al que si usa, no menosprecies al que la compra, o al que la vende, porque para mí al menos, es la gloria encontrarme con algo , sonreír y pensar que es un tesoro escondido que le entregaré a alguien más :)
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